El proceso creativo de una obra de teatro comunitario tiene la singularidad de ser colectivo en todas sus etapas. Desde el acopio/investigación de los antecedentes que circulan desordenados y casi imperceptibles en las memorias colectivas del barrio, su ensamble en relación a un conflicto pasado o presente del lugar hasta la puesta en escena. Improvisar, escribir, componer, entrenar el cuerpo, bailar, cantar, probar y volver a empezar. Rondas de debate y búsqueda de consensos. Armar los presupuestos y buscar como sostenerlos. Siempre convocando nuevos/as voluntades y festejando cada nuevo/a vecine que se anima a cruzar la puerta y entrar a jugar.
Cada sábado interrumpimos el curso normal de las cosas para preparar, soñar y vivir lo imposible. Como dice Ranciere estaríamos secretamente enamorados de lo inútil y creemos que la emancipación es un modo de vivir la desigualdad según el modo de la igualdad. Cada sábado hacemos teatro comunitario.
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